En esta sección queremos ir publicando textos que intentan explicar nuestra opinión sobre el fenómeno del teatro.

Sobre el Método

Sobre lo previsto y lo imprevisto. Sobre la necesidad de improvisar.

En la música de Jazz hay una línea armónica que no varía, pero que permite interpretar diferentes solos melódicos, improvisando.

En teatro hay un tipo de espectáculo o método de trabajo donde no se deja nada al azar, está todo previsto, hasta el más mínimo gesto. Para el organizador esto es muy conveniente: no hay sorpresas, todo esta configurado de antemano. Se sabe lo que va a pasar. Por eso se pide un vídeo previamente al grupo que pretende acudir a un certamen y en las bases se advierte que hay que ajustarse a él en todo. Así se evitan intromisiones de la realidad presente.

Este tipo de espectáculo busca eliminar lo contingente. El tiempo se ha detenido, congelado. No hay peripecias. No hay distracciones, ni variaciones, ni, por supuesto, improvisaciones. El espectáculo es perfecto y siempre es igual a sí mismo. Da igual la ciudad en que se haga, el tipo de público que está presente. La enormidad de recursos que se ponen en juego, el perfeccionismo, el ideal de inmutabilidad consiguen ganar la batalla al presente, al deterioro, a lo diferente, a la muerte. Sin embargo puede decirse que ese espectáculo está congelado, muerto, como un bello cadáver embalsamado, porque no da lugar a que ocurra nada relacionado con el instante presente. Todo lo que podría ocurrir se ha quedado en la mesa de los rígidos creativos que lo diseñaron en un instante más o menos remoto del pasado.

Pero también hay un tipo de teatro en el que se improvisa. Basta con pensar en la Commedia dell' Arte.

Teatro Abba también debe improvisar pero no precisamente porque sigue el modelo de la Commedia italiana. Teatro Abba actúa a menudo en la calle, en nuestras calles, y esto introduce un elemento muy fuerte de azar que toma la forma de intervenciones de los niños, de un público que no está sentado y participa en lo que ve, de carencia de medios que llegan a veces a lo surreal y a todo ello hay que dar cumplida respuesta.

Teatro Abba es un grupo de teatro con una fuerte personalidad. Entiende y practica el teatro como un arte, como una creación artesanal, y no como un negocio en el que compro unas buenas ropas, contrato a unos cuantos actores y actrices guapos, guapas (después de un inevitable casting) y luego los mando por ahí a actuar, bien vestidos y vestidas y bien peinados y peinadas, en escenarios de muchos euros, como un bello producto.

Teatro Abba da más importancia al público y a los actores y actrices, a las personas, que al "producto". Cada actuación de Abba es única y en cierto modo irrepetible y este posicionamiento hace que, a veces, la actuación de Abba no sea todo lo "aséptica" que se espera. El público interviene y el viento sopla y mueve las telas y el escenario sale volando. De todos modos, Abba busca, y encuentra, la belleza en la dignidad del propio fenómeno del teatro.

Porque Teatro Abba es un grupo que actúa en la frontera. Acude muy a menudo a sitios donde, todavía hoy, no saben qué es el teatro, donde no hay escenarios, no hay luz eléctrica, no hay camerinos, te presto mi cochera, luego me das la llave, sitios en los que todo se improvisa, en los que pillas a los niños, y a los mayores, "de sorpresa", pero ¿quéseto?


Sobre la soberbia y la humildad

El Teatro (casi) como una religión

El teatro es maravilloso. El teatro es el no va más, es... la leche. Le tenemos tanto respeto que sólo permitimos a los genios atreverse a actuar. Somos los mejores. Son los mejores. Han ganado un premio. Han ganado el premio...

No sé si actuar aquí, delante de esta gente humilde. Soy tan bueno que ellos no me merecen. Voy a reservarme para actuar delante de los presidentes, de los ministros, en el mejor teatro, delante de la mejor gente...

La gente que piensa de la manera que se ha dicho en los dos párrafos anteriores, desprecia a los que se ponen delante de los espectadores sin “estar exquisitamente preparados”. Piensan que es una vergüenza actuar sin ser tan bueno como la... Greta Garbo, por lo menos. Desprecian el valor que tiene que unos chicos, o mayores, de un grupo de barrio que empieza, quieran expresarse, decir algo, sin necesidad de optar a un puñetero oscar.

Sin quitar nada a la necesidad del esfuerzo personal para ser mejor, hay que decir que en esta sociedad absurda que unos pocos promueven y otros muchos se han tragado y cuyo principal principio consiste en “competir”, imitando a la naturaleza en la que los depredadores devoran a los débiles, el ser humano es el único capaz de no competir, de quedarse tranquilo, de “perder” con dignidad. Pero no todos han aprendido que el ser humano es capaz de semejante cosa.

SIMBAD
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Habia una vez ...

...un largo viaje...


...gigantes malvados...

... compañeros de aventuras...

... el ave rock ...

... amor...

...y muchas sorpresas más.


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